miércoles, 3 de noviembre de 2010

Habemus domus (capítulo II)

Sí, señoras y señores, vuelvo a tener hogar. ¡Bien! Vivo cerca del mar... en una calle muy larga de bajada desde la montaña al puerto olímpico. Después de dos meses locos, teniendo que irme de aquella del balcón pero sin irme, luego irme de verdad, convertirme en okupa, ir a casa... 19 bultos en una furgoneta, y al nuevo hogar.

Sí, tengo ventana. Da a un patio interior de los chupiguays, de l'Eixample, con mucha luz... hoy especialmente porque el solito se ha instalado en Barcelona trayendo un tiempo primaveral maravilloso. En el Fort Pienc, antiguo barrio de transportistas, referente por sus espacios públicos, con la Ciutadella justo detrás. Sí, Marina, en tu calle.
¡Ah! Si hacen repaso del primer capítulo de "Encontrar un hogar" por Elena Minguela G, recordarán mi comentario acerca del nombre y número de los pisos de la Ciudad Condal. Por si lo de primeros y primeras no fuera confusión suficiente, en mi nuevo edificio me he encontrado con ¡varias escaleras! Números, combinaciones... 5x4=20, ésa es mi regla mnemotécnica.

¿Qué se cuece por aquí? Aún no lo sé. Entre los días que he estado fuera y el cambio, debo hacerme otra vez con Barcelona, con sus transportes, su ritmo, su velocidad, su... ¡Papa que viene a visitarla! A mi calle también. ¿Se notará también el ataque psíquico masivo (ver Facebook), o sólo el jaleo montado por el Jefe de Estado del país más pequeño de este mundo?
En fin, disfrutemos del buen tiempo, que no se quedará con nosotros mucho tiempo... ni el Papa, por cierto. 
Tiempo, el que espero yo quedarme en esta nueva casa =)

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