miércoles, 24 de febrero de 2010

Veni, vidi. Vinci... más adelante, esperemos

Como dijo el gran Josep Tarradellas después de la época más oscura de la España contemporánea, "Ciutadans de Catalunya, ja soc aqui". He llegado, básicamente sana y salva, sin ningún percance físico ni accidente extraño.
Accidentes, accidentes... extraños, extraños... recapitulemos. Lo primero, hablar de la maleta. ¡Ay, la maleta! R2, te he cogido algo de manía. Algo, porque la señora de Iberia ha sido benevolente o me ha visto la desesperación pintada en la cara. ¿Cómo lo hace la gente para viajar con una maleta de 15 kg, si yo ando escasa con 23? Al final acabaré viajando en Business para llevar más kilos... Bueno, superado trámite de la maleta, tarjeta de embarque.
- ¿Ricura, la quieres de ventana o de pasillo?
- Déjame que piense... ¡ventana!
- Aquí tienes.


Asiento 14 C. Pues vale. Al avión. Fila 1, fila 2, fila 3, ... fila 12, no hay fila 13, los de Iberia son triscaidecafóbicos (nunca pensé que utilizaría esta palabra, está en mi cerebro como tantas otras cosas inservibles dentro de él) y última fila, 14. Asiento C, pasillo. ¿? En fin. Y en el asiento 14, ¿qué hay? Un cartón rojo donde pone que ahí no se sienta nadie.

- Señorita auxiliar de vuelo, disculpe la molestia pero en mi asiento pone que no me puedo sentar.
- Huy, espera un momentito. (Al señor de delante de mí, un señor que va de viaje a Salou gracias al Estado español). Perdone, este asiento tiene que quedar libre. Siéntese en el de atrás, el 14 C. (A la Jelencilla, que ya tiene una carita de circunstancias... y ha mandado a la porra hace rato el propósito ése de "por favor" y "gracias"). Tú... saca tus cosas de donde las tengas y vente para adelante. Puedes sentarte en el 3 C o el 1 A. Ay, el 1 A mejor que no, que llevas mucho equipaje de mano y es una salida de emergencia.

Maravilloso asiento el 3 C, como todos los demás. Lástima de niño pequeño (por lo demás muy rico) dando patadas todo el viaje. Lujazo de vuelos regionales con bebida y comida gratis. De eso queda ya poco, y si encima Iberia tiene pérdidas...

Hemos aterrizado con antelación (sí, han leído bien: 10 minutos de adelanto sobre horario previsto), la Terminal 1 es muuuuuuuuuy grande y me he perdido un poco buscando a mi salvavidas catalana (¡Inma te quiero!). Un día normal, ayer, y aquí estoy en ya mi segundo día perdiendo el tiempo para que sepáis que estoy viva, que me acuerdo de Valladolid con dolor en el corazón y de mi gente con aún más dolor.
Pero el "Vinci" llegará.

1 comentario:

  1. Es mejor que te pasen cosas... Así puedes contarlas en el blog!! si todo hubiera sido normal sería un aburrimiento!!!

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