lunes, 14 de febrero de 2011

Bien muchos por la paz

Hace no mucho tiempo en España, el dueño de Galerías Preciados, unos famosos grandes almacenes que absorbió el más grande de ellos, ése cuyo nombre nadie comprende, importó a España la tradición de san Valentín desde los países anglosajones. Esa historia que ha llenado escaparates de rojo y corazones, que ha sacado las flores a la calle y ha aumentado la venta de dulce, en especial chocolate.
Un bonito día. O un día de empalagamiento total. Pienso: ¿a santo de qué este riesgo de diabetes el 14 de febrero? Mi juego de palabras.
Pero no he venido aquí a hablar sobre un día como éste que me parece bastante ridículo. No me gustan las tradiciones que no son nuestras.

Hablo de algo que tampoco me gusta.
Una buena amiga me ha mandado una noticia ahora. Para darme cuenta de que en este llamado Primer Mundo nos colocamos una venda ante la realidad y sólo sabemos y queremos saber lo que en este momento es "trending topic", según Twitter o según quien convenga. Ahora la única actualidad internacional que nos preocupa es lo que pasa al otro lado del Mediterráneo, estamos atentos a nuestros intereses económicos a partir de las revoluciones que se van produciendo, sin darnos cuenta de que al otro lado del Atlántico un país grande, por Historia, por territorio, por su gente... está sucumbiendo al descontrol, a la inseguridad... al miedo.
Y yo también tengo miedo. Tengo miedo por mi amiga. Tengo miedo por esa gente que no tiene nada que ver con lo que está pasando, y se está convirtiendo en blanco fácil de la guerra que se está librando en mitad de las calles. ¿En qué mundo vivimos si pasa esto? Nos estamos preocupando de la tontería de san Valentín... preocupémonos de Guadalajara, México, una bonita ciudad que no debe ser un campo de tiro, ni un campo de batalla.

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