martes, 1 de febrero de 2011

32 de enero

Escribo a partir del 26 de enero de 2011 tras acabar el partido que enfrentaba por un puesto en la final de la Copa del Rey al Real Madrid y al Sevilla.
Agarré el autobús 46 bajo la lluvia barcelonesa en la plaça d'Espanya. Hacia el aeropuerto, a la terminal 2. A esperar, porque llegué con tiempo. Parece que aterrizan 10 minutos antes... huy no, 5... huy no, a la hora. Y allí estaba yo, apoyada en la barandilla, en primer plano hacia esa puerta mágica... y al fin salió, haciéndose de rogar, esa persona sin la que no soy capaz de vivir.
Conversación, sí, no, claro, llamadas, bien, llegó, estamos juntas, vamos a casa, sí, hay autobús aún, y luego metro. A casa, a dormir, nos esperan días intensos, por supuesto. A dormir, primero hablar, lo que hablamos.

Es jueves 27 de enero. Madrugar para hacer examen de català, tú pequeña descansa que los exámenes agotan, aunque los resultados hayan sido fantásticos. Despertarte con "Eres tú quien va a cambiar el mundo...", encontrarte saliendo de la ducha, ir vestidas de conjunto musico-vocal, prepararte el desayuno, encender el ordenador... encontrar un artículo publicado firmado por Elena Minguela G. Una sensación de subidón indescriptible, muy grande. Tras la euforia, aviarse, al metro: amarilla, azul, exposiciones varias. Palau Robert, Premis Delta y Alta Costura, todo es diseño. Frikis somos, maravilloso compartirlo, aunque los gustos sean diferentes, complementarios mejor dicho. De ahí a Nanimarquina, que estaba pendiente. Sí, se pueden pisar, disfrútalas, esas alfombras geniales están para eso.
 
 


Otra tienda a la que nos encamina esa obsesión compartida: Vinçon. Y ese maravilloso edificio que colinda: la Casa Milà del señor Gaudí, el Maestro. Dentro, una exposición fantástica del señor Xavier Mariscal (ver aquí).

 






Vamos bajando esa milla de oro llamada Passeig de Gràcia por donde se desenvuelve como pez en el agua, como su ambiente natural: Louis Vuitton y Tiffany's a continuación del Hotel Mandarín Oriental... comer SuperSize Me... Encontrar un Zara y perderte, pies encaminados hacia allí, no hay otra posibilidad. Un ratito, ya habrá tiempo, es obligatorio para ti y yo sólo quiero hacer lo que tú desees. A casa, a preparar tortitas-pancakes y té, tenemos merienda internacional. Para el desastre de chef que soy estaban ricas, ¿verdad Portugal? Aunque en mi casa no haya calientación. De ahí, al FAD, porque también serás diseñadora, y hay que escuchar, y Nádia y yo aprovechamos todos los eventos que haya sobre ello para informarnos, dejarnos ver, ¡y comer! Making of Delta, y dirección Sagrada Família, a ver a la familia, y a comer pizza, que la última vez faltó. Y son las mejores pizzas de Barcelona. A casa, a la cama, a hablar... ¡lo que hablamos!

Pasamos al viernes. Ese viernes que parece que es el motivo por el que viniste... Tiendas, todas las tiendas que dieron tiempo desde la mañana hasta la tarde. Los bolsos, más ligeros; bolsas en las manos, tipo Julia Roberts en Pretty Woman, claro. Una servidora no podía moverse a las cinco de la tarde... y quedaba algo potente para lo que había que estar en plenitud de condiciones. Así que a casa, a dejar las bolsas, a prepararse, y al Apolo. Lori Meyers en concierto. Perder la voz por ellos merece la pena. Temazo, temazo y temazo tras temazo. Tu canción, la nuestra con Love of Lesbian, la de Antonio, las del primer disco que no te sabías, las del último que gritábamos sin pensar en las consecuencias para mis cuerdas vocales... todas.
Y después, cena y fiesta, y mi gente de Barcelona que mola oi?


Sábado sabadete, a la Sagrada Família que ahora es basílica, y es gratuita por la mañana, y eso me lo han enseñado bien en esta tierra. Demos vueltas alrededor, que se hace desear, y está medio mundo. Y entrar... y nuestra incontinencia verbal se transforma y sólo es posible formular expresiones de admiración y asombro. Porque lo que han hecho es maravilloso. Es preciosa. O más. No hay palabras para describirla.

















Y seguimos con el diseño, una 'performance' de sillas de Concepta decoradas por grafiteros, y comer, que Nadia y yo, como ya he dicho, aprovechamos esas cosas. Botifarra amb pà amb tomàquet i all-i-oli. 







Y a casa a dormir una siestecilla que trasnochar y turistear cansa. Despertarnos, ver vídeos del Polònia, del Crackòvia, del 'niño melooooooooooon', de 'ir a lugares, muchos lugares', de 'si sales vivo de este agujero...', de 'Contigo no, bicho'... superfrikis, sí, claro. Cenar, ver una peli que se supone que es buena pero es rara de narices, y... ¿lo digo? Jajajaja... llamada por teléfono y a la Razzmatazz para conocer al fin toda Barna, es un lugar mítico. ¡Fiestuqui! Yendo como una moña, como para quedarse en casa.
 Estamos a domingo ya, entre pitos y flautas. Levantarse tarde, bajar a comprar el pan, y un paseo '¡Al mar, al mar!', recibir una chapa guapa sobre ser feliz, rico, o algo así.
Volver a casa a preparar hamburguesas que no son como las de mamá pero intentan parecerse, encontrar Friends en la tele, '¿plato? plato' y aplaudir después del 'So no one told you life was gonna be this way', "hacer" un café con mis amigos de Barcelona que molan oi? Y luego cenar con la ONU que también mola, aunque hubiera demasiado queso en la mesa para mi gusto. Que no dejen a la argentina ni a la pucelana pequeña jugar dardos que arrasan, ¿eh? Y después a casa, a la cama, a hablar hasta de lo mucho que hablamos.

Vaya, se acaba lo bueno, es lunes, ¿cómo ha podido pasar tan rápido el tiempo? No hemos hecho nada, no puede ser, quedan mil cosas que hacer, mil temas de que hablar. No hacer nada, simplemente estar juntas. No soportar ver cómo la maleta era hecha, no, que no llegue ese momento. Y vuelta como vinimos pero más tristes. AÚN RECUERDO MI PECHO REVENTANDO EN EL AEROPUERTO.


Y hoy es 32 de enero, ese día fatídico en el que no te he despertado, pequeña E. Y para más inri mi hermana de Portugal también me ha dejado huerfanita en Barcelona. Nadia Palma, amiga, hostia tía! Ven pronto porque te echo de menos. Y ahora no encuentro el sentido a mirar los eventos de diseño de esta ciudad porque no tengo con quién ir. Pero es un hasta luego. Tenho saudades pero nos vemos pronto, porque conquistaremos esta ciudad.


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