domingo, 14 de noviembre de 2010

Veranillo Erasmus

Según la Wikipedia, en el día del supuesto episodio meteorológico de carácter anual en el cual la temperatura asciende por encima de los valores anteriores para luego recuperar la progresión de bajada típica del otoño, aparecieron por Barcelona, para visitar la ciudad e interaccionar en Encuentro Nacional, los Erasmus de Valladolid traídos por la ESN.
Tengo en estos instantes una crisis de identidad. Yo soy ingeniera y diseñadora, y eso es lo que quiero ser. Pero este fin de semana he estado trabajando de guía turística, y es algo divertido, que me interesa y me apasiona. Hablar, de lo que me gusta, y que me escuchen... es genial. El itinerario típico que ya he explicado alguna vez, que volveré a explicar sin ningún tipo de problema, y ya llevando un paraguas de colorines para ser bien visible. Ramblas, mar, Born, Gòtic... ¿No sabíais lo bonito que es Barcelona? Pues venid a comprobarlo, y os lo demostraré.
De parque a parque, marque quien marque... El sábado 13 de noviembre amaneció un día de septiembre en la Ciudad Condal. Sol, ni una nube en el cielo, sin viento... Día para hacer picnic, picnic en la Ciutadella, parque protagonista del libro que estoy leyendo por cierto. Un bocata de chuparse los dedos, de jamón traído de Valladolid, y a tirarse en la hierba, que se puede hacer, estamos en el Mediterráneo y no tenemos el clima extremo extremista de la Submeseta Norte. Pero no vale relajarse demasiado, porque que estemos más al Oriente implica que anochezca más temprano (no por mucho madrugar...). Hay que ver el otro parque famoso de la ciudad, el Park Güell, esa maravilla gaudiniana en las faldas de la montaña.
Ahí me vuelve la vena diseñadora, cuando veo cada cosa que ha creado cada uno de los genios que se inspiró aquí.
Con el tiempo justo que había quedaba nada para visitar lo que todavía ofrece Barcelona, así que dedicarse al ocio es una opción muy importante a tener en cuenta. My dream is to fly over the rainbow, so high... rememorando 2007-2008. Erasmus un tiempo, Erasmus toda la vida.
Barcelona vuelve al clima otoñal mientras ve partir un autobús en dirección oeste-sudoeste, hacia la España profunda. Fue un placer experimentar esa vocación oculta. ¡Y qué bueno que volviste, Eli!


Y me despido copiando a Forges en sus viñetas: ¡pero no nos olvidemos del Sáhara!

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