viernes, 19 de noviembre de 2010

de mamarrachos y fantoches...

... está el mundo lleno. Es muy triste que esta gente sea la que nos represente. Hoy estoy enfadada con la actualidad.

Hubo una época en mi vida (da la impresión de que haya vivido una vida larguísima y esté ya de vuelta de todo) en la que la política me ilusionaba. Siempre me ha atraído. La he mamado en casa, y la curiosidad me puede, me encanta saber lo que pasa. No comprendo los perfiles apolíticos aunque los tenga cerca. Me apasiona la discrepancia que se genera, las discusiones que preparamos con este tema en dos segundos, como si estallara la Tercera Guerra Mundial en la cocina.

Para los que vivan en otro planeta mucho más bonito en el que brille el Sol todo el tiempo: campaña en Catalunya. Eso implica ratos eternos de propaganda electoral en la televisión pública, carteles con caras de tipos y tipas por todas las calles, y comentarios en todos los periódicos cada día sobre lo que han dicho, han dejado de decir, han hecho o van a hacer esos tipos y tipas. Entre ellos está el inefable expresidente del 'Més que un club', lo que supone que hasta los periódicos deportivos se hagan eco de este acontecimiento. Es por criticar, conste, porque quiero. Y hoy estoy especialmente sensible a estos especímenes humanos, no sé por qué. Todos mal. Canta uno de mis grupos favoritos "es que me salen rosas en la boca cuando me preguntan..." Pues a estos, todo lo contrario.

No sé por qué estoy así. Será que nadie me da soluciones. Y las necesito. Porque no funciona bien, esto. Y sólo contestan para increparse, para echar balones fuera... ¡todos! Mamá, saldremos de ésta... pero por nuestros méritos, no por los de nuestros políticos.

Se quejan los portugueses, lloran los irlandeses, los franceses cambian completamente de gobierno... Cosas del mundo. ¡Y tenemos la suerte de vivir en un estado democrático!

¡Pero no nos olvidemos del Sáhara!

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