La Odisea de Homero, en la actualidad (y canto III)

España se acercaba, decíamos. Ahora voy a transcribir los apuntes hechos desde el embarque en el autobús, en esa butaca que va a convertirse en mi segunda piel.
"0:50, 21 de abril de 2010. Arranca el autobús. Sí, el autobús. Sinónimo de putada gigante: volcán de Islandia.
1:08. Arrivederci, Milano. Si no para siempre, en un futuro cercano seguro que no. No es un ciao. Luces apagadas y, como dirían en mi pueblo, "carretera y manta". Descansar, relajarse, sobrellevar. Una sonrisa irónica en el cielo: es la luna, pensando en nuestras peripecias pasadas.

3:28. ¡Alto! En un área de servicio, a mitad de camino en algún punto de Europa.
3:51. Andiamo, andiamo.
5:18. Bonito, Niza, he oído. Quedamos 49 personas a bordo.

7:57. Vive la France? Aproximadamente a mitad de camino, parada técnica en ninguna parte.
Alrededor de las 11 horas, cruzamos esa frontera que no es frontera porque somos Europa: aplauso general, ¡España, señoras y señores! ¡Tierra a la vista!
12:34. Aeropuerto de Girona. Debido al volcán, el mundo tiene sus sedes reales de Azkaban (ver Harry Potter si se tiene curiosidad), lugares donde reina la desesperación, donde la alegría ha sido arrebatada, succionada: los aeropuertos.
14:08. Arribada a Barcelona. Casi me tiro en marcha del autobús, yo me bajo en estación del Norte. Está al lado de casa. ¿Cuánto? Pues tres "cuadras". Sí, tres cuadras de ésas (manzanas, ya hemos comentado mis influencias latinoamericanas)... las tres primeras. Hasta Gran Vía. Y otras cuatro, después. Subida por Roger de Flor, arrastrando un trolley, una bolsa de cosas, un bolso, un abrigo... Y al fin, HOME SWEET HOME, HOGAR DULCE HOGAR. Es 21 de abril de 2010.
M. G. E."