Sal, solito, caliéntame un poquito, para hoy, para mañana, ¡para toda la semana!

Dicen los de El Corte Inglés que "Ja és primavera". Que no es lo mismo, que ¡ja, es primavera! aunque lo parezca. Porque lo dicen en catalán, que tienen obligación de poner todos los carteles en catalán (aunque está bien que en los de tráfico lo pongan porque, y esto es un chivatazo, si no está en castellano te pueden quitar la multa, pero que es un secreto, no vaya a ser que los empiecen a cambiar, la pela es la pela tú). Vamos, que ya está aquí, que ya ha llegado, que se acabaron los fríos polares (de Valladolid), las nevadas extrañas (o quién sabe, el cambio climático, Al Gore hablaría de esto mejor que yo), y que ha salido al fin el sol, y poco a poco los rayitos van teniendo más y más fuerza, hasta que llegue el momento en que, al entrar en el Metro, salgas cocido al pil-pil. ¡Viva! ¡Es primavera!
Y ya ha pasado UN MES desde que aterricé. Cual pulpo en un garaje sigo. Soy de Valladolid, me adapto, pero no soy un camaleón. Mica en mica.
Y un mes después, ¡vacaciones! Que parece que he tenido pocas, sí. Vacaciones de Semana Santa, de Pascua, de primavera... Como las quieran llamar, todo suena de maravilla. Ahora a hacer una maquetita, a planear muebles y más muebles... En Barcelona sigo odiando los trabajos manuales.