Mañanita de niebla, tarde de paseo, noche... ¡oh noche!

Hablemos del 10 de marzo. Ese día. La noche la omitimos. Y punto.
Explicando la metáfora, mañanita de nervios, de... pequeña decepción. ¿Acaso tener un papel donde está escrito lo que soy significa que tengo conocimientos? Vaya... el mundo laboral es complicado. ¡Sorpresa, Jelencilla, la vida no es regalada!
Pero la tarde... la tarde mereció la pena. I tant, dicen en las tierras en que me encuentro. Alguien que acabó la carrera sin haber diseñado una silla (quien dice una silla dice otro producto, pero las sillas son las sillas, claro, ya se sabe) me va a dirigir mientras estudio mi postgrado. Se acabaron las sandeces metidas en mi cabeza con calzador, que han creado un trauma terrible. Que si no sabes dibujar, no eres ingenier@... sandeces, sí, sandeces y más sandeces. Que no puedes ofrecer algo que no sea un croquis normalizado al que va a realizar el trabajo, al que lo va a comprar... toma más sandeces. Se venderá mejor algo que se entienda. Y el puñado de inútiles que dirigen el cotarro de ese lugar abocado a ser destruido con lanzallamas desde los cimientos no son más que nadie. Son menos que mucha gente. Que la gente que debería importar. Basura... basura que dice sandeces.

Así que aquí estoy. Con una eminencia en el diseño de escobillas de baño como director. Con profesores cuyo nombre he venerado desde que me sumergí en este mundo. Los voy a ver, los voy a escuchar, me van a dar pistas para que sepa a qué atenerme, para llegar a ser un día como ellos. O intentar parecerme al menos. Ayer, primer contacto, el ideario de la imagen que situó a Barcelona en el mapa de la modernidad: una flecha.

Olvidé mencionar a la gente. Según Les Luthiers, 'Hay dos palabras que te abrirán muchas puertas: "Tire" y "Empuje".' Yo creo que las palabras que te abren son cinco: '¿Sabes dónde está el baño?'. Es la manera de iniciar las cosas.