martes, 16 de febrero de 2010

Baggage for a new life?

Será envidia. Será que tengo demasiadas cosas en la cabeza que quiero soltar de una vez para que me pese menos. Será que Noel el bailaor profesional ha sido un gran profesor durante estos tres años de lecturas. Será por todo esto, o por nada, simplemente por matar el tiempo y mandar noticias desde tierras lejanas, que se estila mucho.
En fin, aquí empiezan las aventuras y desventuras de una pucelana en Barna.

Y qué mejor manera de empezar que por el equipaje para una nueva vida. A ocho días de dejar mi bonita ciudad, ojalá tuviera una idea aproximada de qué es necesario en esa circunstancia. A la típica pregunta de "¿Y ya tienes preparado lo que te vas a llevar?" mi simpática respuesta es "Nooooo tengo la menoooooor idea, ¿vale?". ¡Aaaaaaaaaah! El día se acerca, sí.

La lógica dice que habrá que llevarse lo que se suele llamar menaje, en general, y que comúnmente se considera pues sábanas, toallas, algo para cocinar, cosas de baño... esas cosas en las que piensa una madre y no la típicahija inconsciente que puedo ser yo. Mi vocación de diseñadora (la tengo, sí, ¡la tengo!) me dice que una balda de la pared llena de libros de lámparas, sillas y biografías de artistas tiene que venir conmigo, con el consiguiente problema de peso y espacio producido en la maleta. Mis manías piden que lleve la mayor parte de mi ecosistema cerca para no volverme tarada de la cabeza. Mi hermana hace cuentas sobre la ropa que a ella le interesa de mi armario para que no viaje conmigo. Yo me la llevaba a ella, directamente.

Vaya rollo repollo es hacer una maleta. Lo saben hasta los chinos de Rusia. Si sigo dando vueltas al coco, explotará y acabaré metiendo en un saco lo primero que se me ocurra, echándomelo al hombro y que me miren raro las tres personas que encontraré en el aeropuerto de Villanubla.




No hay comentarios:

Publicar un comentario